lunes, 1 de marzo de 2010
No existe el cuerpo perfecto, si existe el cuerpo ideal a la constitución ósea de cada persona. La obsesión por la perfección nos está llevando a una sociedad con epidemia de bulimia y anorexia a causa de los desórdenes de alimentación.
Todo comienza cuando nos cuestionamos de la siguiente forma: “odio a mi cuerpo, la balanza muestra números que no me gustan”. Es aquí cuando comienza a bajar la autoestima.
La televisión, el cine, las revistas y los anuncios nos atacan con imágenes femeninas y masculinas que no son reales y las personas se obsesionan con llegar a ser o tan solo a parecerse que hacen cosas sin sentido alguno.
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